Murió como un caballero




 Tio Dario iba para Aguilar en su caballo y le dio un ataque cardíaco y  se murió. Para que mi hijo recuerde de quién se trata, lo hago volver al viaje que hicimos en el año 2000 a Cuba. Él era un niño de diez años  y estuvimos en La Habana, en Varadero y en otros lugares, pero lo que más disfrutó fueron dos o tres días en la finca de mi tío. Simpatizaron mucho y  durante todos estos años han estado contándose allá las anécdotas de entonces y hay una muy simpática: resulta que mi hijo al tener poca práctica del idioma, a veces hace interpretaciones muy propias, así un caballero es un hombre cortés, gentil, incapaz de malos tratos, pero  supone que es también el jinete que monta el caballo. Ese día que lo llevaba mi tío precisamente a  comprar el pan a la tienda de Aguilar y al ver que clavaba las espuelas para que apretara el paso le dijo con mucha seriedad: "tu montarás a caballo pero no eres caballero porque lo maltratas". Con esta y otras como estas se ganó a mi tío.
Este verano me fui a visitarlo pero sin mi hijo. Estuvo mucho tiempo hablando de aquella visita y aquel verano y de más cosas, lo grabé cuando hablaba maravillas de mi madre, su cuñada, y recordaba viejos tiempos. Llegamos casi al mediodía y él con sus 80 años estaba para sus sembradíos, cuando hacía menos de un año le había dado una trombosis que asustó a todos menos a él. "Ahora trabaja más que de joven, antes se me perdía hasta tarde en la noche para enredarse con alguna guajirita o jugar dominó y yo sufría mi poquito. Pero ahora me preocupa de que le vaya a dar algo por ahí" . Así nos decía tía Eneida ese día. Él estuvo contento, caímos una pandilla grande, mataron un carnero que nos estábamos comiendo a las dos hora de llegar.
Es ley de vida, la muerte está allí a la espera de todos. Pero voy a echarte de menos cuando vuelva y no estés. Por suerte te guardo en mis recuerdos desde mi más remota infancia, por allí seguirás. Hemos ido a buscar entre las fotos las de aquella visita, sí que te veías fuerte entonces, pero bueno, son 10 años. Hay una muy bonita: es una madrugada con niebla que levantaste a mi cachorro para que se fuera a ordeñar vacas contigo. A él le ha encantado que te recordemos.  Me dice con mucha lógica que has vivido muchos años y que eras un hombre feliz y alegre, "además no murió enfermo en una cama, se murió como todo un caballero" y sonríe con complicidad. Adiós Tío Dario, hasta siempre "caballero".


Lo que está a continuación lo escribió también por él y para él,  mi hermano Jorge.
"Este es tío Dario. Nunca fue Darío sino Dario, con el acento en la "a" (no sé por qué). Ellos siempre vivieron allí, en esa casa que quedaba como a 200 metros de casa de abuelo Eduardo y abuela Zoila. Sus hijos son Darito, Norge, Eduardito y Mairín.
En esa casa de ellos yo prácticamente vivía, pues aquellas vacaciones casi completas nos las pasábamos allá. Como Darito y Norge eran contemporáneos conmigo siempre fuimos como hermanos.
Tío siempre fue un hombre de mucho trabajo. Nos levantaba tempranito que era lo que más me molestaba de aquellas vacaciones, y a todos nos daba tareas en el campo: cargar agua, arrear ganado, ordeñar vacas, cortar hierba, limpiar arroz. Estoy hablando de muchachos de 6 a 15 años. A los hijos los llevaba bien recio, pero con los demás no era mucho más suave.
Pero los ratos alegres eran los que más recuerdo, por supuesto. En aquella casa comíamos de todo, jugábamos, montábamos a caballo, íbamos al río (la famosa "cañada"), recogíamos frutas, buscábamos los huevos de las gallinas en todos aquellos montes. Y un puerco "mata'o" en casa de tío era algo muy común cada vez que íbamos. ¡Aquellos chicharrones y masitas de puerco!
Con mis primos tengo cientos de anécdotas: una vez nos picaron tantas abejas a los tres que quedamos ciegos de la inflamación. De Darito guardo una cicatriz en el párpado de mi ojo derecho, de un palo que me lanzó en una de nuestras peleas en el campo de naranjas y vergamotas, no perdí el ojo de puro milagro.
Tía Eneida siempre fue de las tías preferidas. Dulce, cariñosa y bondadosa. Tejía unas jabas de guano para vender, esa era su especialidad. Y Mami y ella se adoraban.
Este es mi homenaje para mi tio Dario. Seguirán muriéndose por ley de la vida y lamento mucho no estar con mis primos en un día así".

Los dos bandos.


Según Martí los hombres se dividen en dos grandes bandos : "los que aman y construyen y los que odian y destruyen"


Una amiga muy cristiana me contó que cada vez que se enfrentaba a situaciones no muy simples y claras buscaba la Biblia y abría al azar y ahí, en una de esas dos páginas aparecía una señal, una respuesta. A mí me está sucediendo últimamente con muchos libros o cosas que leo, se me aparecen en el momento preciso. Así ocurrió ayer, luego de colgar lo que supongo leyeron antes me fui a la cama con un bonito libro de cuentos del argentino Jorge Bucay: "Déjame que te cuente", libro que recomiendo para encontrar respuestas. Y justo me encontré con este cuento que les copio y que quiero relacionen con lo escrito ayer. Ya les cuento el cuento. 
                               
"Los retoños del ombú"
Era un pueblo muy pequeño. Tan pequeño que no figuraba en los grandes mapas nacionales. Tan pequeño que solo tenía una plaza diminuta, y en ella un único árbol. Pero la gente amaba a ese pueblo, amaba su plaza y amaba a su árbol; un enorme ombú que estaba justo en el centro(...) Durante años, los jóvenes, los padres de los jóvenes y los padres de los padres de los jóvenes, se habían cruzado diariamente bajo el ombú. Allí se habían fraguado negocios importantes, se habían tomado decisiones relativas al municipio, se habían concertado bodas y se había recordado a los muertos, durante años y años.
Un día, algo diferente y maravilloso empezó a pasar; en una raiz lateral, saliendo de la nada, brotó una ramita verde, con dos únicas hojitas apuntando al sol. Era un retoño. El primero que el ombú había dado desde que se lo conocía. Después de la conmoción, se creó una comisión que organizó una fiesta para brindar por el acontecimiento. Para sorpresa de los organizadores, no todos en el pueblo concurrieron al brindis. Había quienes decían que el retoño traería complicaciones. 
El caso es que unos días después de aparecido el primer retoño, empezó a brotar otro. Y, en un mes más de una veintena de ramitas verdes habían asomado  de las ya grises raices del ombú. La alegría de unos y la indiferencia de otros duró poco. El aviso lo dió el guardia de la plaza. Algo pasaba al viejo ombú. Sus hojas estaban más amarillentas que nunca, eran débiles y se caían con facilidad. La corteza del tronco, otrora carnosa y tierna, se había vuelto reseca y quebradiza. El ombú estaba enfermo y quizá moriría.(...) se formaron dos grupos claramente opuestos. Uno que ponía el acento en el viejo ombú y otro en los nuevos retoños. 
(...) Cada grupo, en su afán de conseguir más apoyo, había politizado la situación y obligaban a tomar posición a favor o en contra del viejo ombú. Los defensores del árbol dijeron que la solución era cortar los retoños que le quitaban fuerza y actuaban como parásitos. Los Defensores de la vida, como se hizo llamar el segundo grupo, decían que se debía talar al viejo ombú, que había cumplido su ciclo y que sólo le quitaba agua y luz a los retoños. Finalmente  se decidió llevar la decisión frente al juez de paz, que debería dar su veredicto la semana siguiente.
(...) Ese domingo estaba el pueblo dividido por una cuerda, los dos bandos se agredían verbal y hasta físicamente. El griterío era terrible y nadie conseguía hacerse escuchar. De pronto, se abrió la puerta y,  seguido de la mirada de ambos bandos, se escuchó  al juez de paz:
- ¡Imbéciles!-dijo- Os llamáis a vosotros mismos Defensores del ombú y Defensores de la vida...¿defensores? Sois incapaces de defender nada, pues vuestra única intención es hacer daño a aquellos que piensan de manera diferente. Tanto unos como otros estáis equivocados. El ombú no es una piedra. Es un ser viviente y, como tal, tiene un ciclo vital. Este ciclo incluye dar vida a los que continuarán su misión. Es decir, incluye preparar a los retoños para hacer de ellos nuevos ombúes. Los retoños no podrían morir si el ombú muere, y la vida de éste no tendría sentido  si no fuera capaz de convertirse en una vida nueva.
Preparaos , Defensores de la vida. Entrenaos y armaos. Pronto llegará la hora de prender fuego a la casa de vuestros padres con ellos dentro. Pronto envejecerán y empezarán a estorbar en el camino.
Preparáos, Defensores del ombú. Practicad con los retoños. Debéis estar preparados para pisotear y matar a vuestros hijos cuando estos quieran reemplazaros o superaros.
¡Y vosotros os llamáis Defensores!
Vosotros lo único que queréis es destruir...
No os dais cuenta que destruyendo y destruyendo, destruiréis también, inexorablemente, todo aquello que queréis defender. 
¡Reflexionad!
No os queda mucho tiempo.
Y dicho esto bajó lentamente del estrado y caminó hacia la puerta entre el silencio de todos.
...Y se fue.



Odio la violencia.  Siento repulsión y asco  por los que provocan actos de repudio y enfrentamientos entre cubanos.  Seamos martianos del primer bando, recuerden la moraleja de Meñique: "los buenos son los que ganan a la larga"

De ideales y sueños.

Para mi hermano Dalcio, que primero fue biólogo y luego enseñó mucha filosofía marxista.


"Hay que creer en algo que sea bonito aunque no sea"
Onelio Jorge Cardoso, nuestro "cuentero mayor".

A mí esa frase me encantaba, pero de un tiempo a esta parte la he cuestionado. Pensando en los cuentos que les hacía Juan Candela a sus compañeros en la barraca para amenizar las noches, aún vale, pero   yo me la planteaba como la necesidad de sueños, de metas y utopías y viéndolo así ya no me sirve. Lo digo hablando sobre todo en el plano social, y a esto me han llevado reflexiones que hago de la historia reciente. Hoy creo que hay que luchar y trabajar por lo posible y no es que quiera contraponer las utopías  con  lo puramente realista, pero hay que diferenciar los deseos con los fines alcanzables, como dice un filosofo  español* "que un ideal pueda o no alcanzarse es algo bien distinto a que sea factible aquí y ahora".
Yo he sido una enamorada de la filosofía marxista, la estudié con profundidad (como obligaban los estudios en Cuba) y sigo defendiéndola, no me ocurre lo mismo con el Leninismo y otros ismos que hicieron que  aquella primera ideología, bastante científica por cierto, perdiera esa esencia para transformarse en politiquería. No hay cubano de mi generación que no le sepa un "chorro" al marxismo (los parientes y amigos que me leen, por ejemplo) por eso quiero saber si piensan como yo.
La sociedad comunista que vislumbraron Marx y Engels  vendría del desarrollo lógico  de la humanidad. Según sus análisis,  los seres humanos cambiaban su modo de producción y por lo tanto el resto de sus relaciones sociales cuando el desarrollo de las fuerzas productivas exigían el cambio, porque ya resultaban un freno, y que cada etapa daría todo de sí antes de que se produjeran esos cambios. Así se había caminado del comunismo primitivo al despotismo, al esclavismo, al feudalismo y al capitalismo.  Recuerdo que me explicaban mis profesores que el capitalismo entraría en sus propias contradicciones cuando los grandes monopolios socializaran tanto las relaciones de producción que estas entraran en conflicto con la forma privada de propiedad y el cambio al socialismo como fase previa y luego al comunismo, serían inevitables. Luego llegó la revisión de Lenin: el capitalismo se rompería por el eslabón más débil y así quisieron saltar del feudalismo al comunismo sin estar creadas las bases materiales, causales y lógicas para ese salto. Ese fue el comienzo del fin de la utopía según mi juicio, y no la necesaria perestroika y el derrumbe del muro de Berlín. Más bien pienso que éstos trajeron los nuevos y necesarios aires a una utopía embalsamada junto a su deformador.
Socialismos y comunismos comenzaron a "materializarse" en la antigua Unión Soviética sin  sus  verdaderos fundamentos, sólo de nombre, y continuaron y se exportaron cada vez más distorcionados y acomodados a políticas y políticos.  Así llegó a nuestra tierra. Muchos millones de cubanos nos entregamos en su tiempo a ese sueño bonito y confiábamos en su construcción, en los líderes.  Ser consecuentes  con la teoría obliga a los marxista y comunistas honestos  a reconocer  que si es verdad que somos nosotros mismos los que hacemos la historia esto sólo ocurre con arreglo a premisas y condiciones muy concretas y entre todas ellas son las económicas las que deciden en última instancia...también nos decían que el hombre piensa como vive, que "el ser social" determinaba la "conciencia social", ¿cómo se le puede pedir a alguien que piense en los demás si no tiene garantizado lo mínimamente necesario? Tanto altruísmo no se le pide a las personas normales, no pueden los cubanos seguir alimentándose sólo de política. También recuerdo eso "que el hombre primero ha de tener un techo y comida y luego tendrá ideas y principios" . Sé que existen aún  los que creen en la vieja utopía y  que generalmente son "envueltos y confundidos"  por los que viven de ese cuento, pero estos últimos pueden hacer la política que sea, porque tienen la vida material garantizada.  Eso pasa  hoy en Cuba, lo más díficil para los seres humanos es abandonar proyectos y muchos se resisten, creen que cualquier cambio significaría una vuelta atrás, olvidan de nuevo la dialéctica, la subida en espiral, con giros necesarios para ascender. "Lo contrario del bien no es el mal, sino las buenas intenciones", a muchos confunden nuestros "cómodos" años 80. Yo amo  esa época y la agradezco, pero hoy no existe, se fue, era un espejismo, porque no tenía raices, no se crearon bases para esas estructuras. No es momento de negaciones absolutas, no tenemos que avergozarnos de nada, no se traiciona nada, creo que hoy el llamado  debe ser el buscar vivir con alternativas, con disconformidades parciales, nadie quiere una vuelta al pasado y tampoco hay que renunciar a la utopía de una sociedad comunista (póngasele el nombre que se quiera, pienso en un mundo de igualdades, fraternidad y justicia social). Sólo creo que se debe dar sentido a los fracasos, aprender de ellos,"la práctica es el criterio de la verdad", así enseña la dialéctica materialista.  No estaban dadas las bases, no ha sido posible la gran utopía, hay que tener en cuenta las exigencias de las acciones concretas que pacten sólo con lo posible, que no se pierdan las conquistas pero que se respete la compleja realidad, sin moralismos ingenuos ni manipulaciones políticas.
"No se trata de sustituir un presente por otro que se considere mejor, sino de impedir que el presente se cierre"*, hay que buscar alternativas para reorientar ese futuro, hay que cambiar la total por otras pequeñas utopías, más cercanas, más  asequibles, más nuestras. Del lobo un pelo, nos dice la sabiduría popular. Si hoy es imposible una sociedad  totalmente justa y transparente, hay que optar  por antagonismos democráticos y las libertades de expresión.
La idea para este post me vino de un comentario que quise hacer en el blog de un antiguo compañero de la universidad, http://labalsadelamusa.over-blog.com/article--que-veinte-anos-no-es-nada-sobre-la-caida-del-muro-de-berlin--39093764.html. El era muy bueno, integralmente bueno y  le hacía mucha ilusión pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunista. Lo que pasó fue que en esos años no hubo crecimiento,  casualidades. Teníamos una compañera que en el último mes de la carrera manifestó que no dedicaba su tesis a la Revolución y que no quería agradecer nada (su padre era entonces un preso político). El grupo en pleno decidió que no debía graduarse, lo hizo un año después. Este verano la vi y le pedí perdón por mi actuación de entonces, casualmente ella enseña filosofía marxista. La causa de que ellos dos hoy tengan a diario discursos diferentes a los de aquella época creo sea que el primero se fue un día a Francia y la otra ha tenido que criar a su hijo sola en Camajuaní. Lo casual y lo causal. Pero ahí siguen soñando mejores mundos para sus hijos y haciendo lo que se puede.
* Innerarity, Daniel (Bilbao, 1959) La sociedad invisible, premio Espasa en Ensayo, 2004.


Una canción de un grupo de pop cubano

Unas florecitas para mi "viejo" o Proposiciones para explicar su muerte

                                     

                                       Ana murió de un tiro en su retrato
                                      Ana murió de dos y dos son cuatro
                                     (Fragmento de un poema de Nicolás Guillén :
                               "Proposiciones para explicar la muerte de Ana" )

Ese que ven en el retrato es Papi, mi viejo. También es tío Jorge, abuelo Papi y el "compañero Sarduy. "Señor" y "Don" eso no, no le tocó, y que conste que no fue falta de nobleza y menos de respetabilidad, no fueron esas sus carencias. Faltaban  cosas materiales para mantener a su prole, recuerdo que por años los únicos electrodomésticos de mi casa fueron los bombillos amarillos, y fuimos los últimos en tomar agua fría en el barrio y eso porque mi tío Lolín, que se hizo "millonario" cortando arrobas de cañas en las zafras azucareras se lo ganó y luego se lo regaló a su hermana porque a su bohío de campo no llegaba la luz eléctrica. Papi era dirigente político y nos explicaba que no podía estar pidiendo estímulos, y que si el ejemplo y que si el sacrificio y que si el prestigio de la "revolución" y los revolucionarios.
Confieso que no me molestaron mis carencias, nunca me sentí ni me supe pobre, el agua "al tiempo" y la televisión por la ventana de algún vecino tenían sus  compensaciones: ser su hija. Sobre todo en los días que mi pueblo se llenó de fotos suyas y biografías, fue  cuando las primeras elecciones para el Poder Popular, creo que es la que he colgado en el post. Aunque igual puede que sea  de otra vez: la que se hizo cuando el Tercer Congreso del PCC, del que fue delegado.  No sé de dónde es la corbata ni la chaqueta, nunca usó esas prendas...Hay una anécdota  de un día que en su núcleo del Partido alguien le criticó por su limpieza y cuidado, su defensa fue simple: sólo tenía esa camisa.
Papi está muerto, murió en diciembre del 2005. Un infarto cardíaco. Esa es, clínicamente hablando, la explicación a la muerte de mi padre. Hoy, releyendo a Guillén, uniendo recuerdos, conversaciones... encontré esta explicación poética: Papi murió de un tiro a ése retrato.
La muerte es dejar de ser y un poco eso pasó, no podía seguir siendo y no tenía tiempo para volver a ser y menos para ser lo contrario ni creer en nuevas cosas. Este verano me encontré  en el barrio a dos de sus compañeras del núcleo de jubilados, dicen ellas que en las reuniones de los últimos meses había sido muy crítico y  estaba muy disgustado con muchas cosas, que se fue de varias reuniones porque se sentía mal. Y mi tío Cayito me contó que había ido a visitarlo un mes antes, que hablaron mucho y que papi estaba triste y dolido por el "estado general" del país. Reconocer indefendible lo que has defendido siempre, y no encontrar siquiera justificaciones, es frustrante si tienes cuarenta años (esto lo digo por mi), pero creo que para un comunista sincero de ochenta años  puede llegar a ser mortal (esto por papi).
Supe que en su entierro no hubo ni una frase de agradecimiento, ni ninguna despedida de sus "compañeros" de lucha. El  fundador del partido, el combatiente de la clandestinidad, el militante comprometido con cada tarea se fue sin que nadie recordara nada...como si toda esa entrega hubiera ido a parar a un saco roto. Por suerte, el amor y el ejemplo de hombre íntegro que dio a los suyos se conserva. No calculo cuántas muertes más habrá o han habido por esos tiros a los retratos.
Yo no estuve para despedirte, pero te quiero, viejo, estas florecitas son para ti.

Por Yoani


Fragmento de "El Presidio Político en Cuba" de José Martí y Pérez, héroe nacional de Cuba.
"Cuando todo se olvida, cuando todo se pierde,
  cuando en el mar confuso de las miserias humanas
   el Dios del Tiempo revuelve algunas veces las olas y halla  las vergüenzas de una nación, no se encuentra  nunca en ella  la compasión ni el sentimiento. La honra puede ser mancillada.La justicia puede ser vendida.Todo puede ser desgarrado Pero la noción del bien flota  sobre todo, y no naufraga jamás."

Yo sé que  que casi ningún cubano en ninguna parte del mundo aprueba la infamia de que se golpee a una mujer. Es indignante. Se me están derrumbando las últimas barajas de mi "castillo de naipes" , justo hoy que se celebran los 20 años de la cída del muro de Berlín. No  entiendo, no puedo entender como todos los valores que  me fueron inculcados son olvidados por sus predicadores. Por favor, no me es dado hablar con Dios, me formaron atea... ¿a quién puedo pedir que  se encuentre un camino, que mi gente no se desgarre , que no pierda su esencia, que no se lleguen a extremos? ¿Qué se debe hacer? Esto es angustia, y de la buena.
Quiero que cambien las noticias, que digan que buscaron a esos abusadores de poder, que fueron castigados, que se va a oir a todos...que se va a confiar en la nobleza y la inteligencia de mi gente. Tanta historia, tanto Martí, tanto Fidel de antes... ¿Qué hago con "tanto"? Veo como se pierde, pero no olvido, por eso  me duelo de tanta traición.
"Dolor infinito debía ser el único nombre de estas páginas", así comienza Martí "El Presidio Político en Cuba", y tal vez sea esa la mejor manera de nombrar este momento histórico.

La casa de la pradera.

Para Mabel, Iris y Xiomara, las amigas que comparten mi "nosotras".


"Nosotras" éramos cuatro: Mabel y Xiomara que se fueron a especializar en lingüística e Iris y yo, las literatas. Esas y algunas otras nimiedades nos separaban a veces, pero sólo de forma aparente; un hilo invisible nos mantenía muy atadas. Nos sabíamos sin contarnos nada, sabíamos cómo íbamos a reaccionar, que haríamos y que diríamos en cada situación posible a enfrentar. Esto pasaba no porque fuésemos muy similares y menos predecibles, era el misterio más sencillo y común que existe: la amistad profunda, ésa que sale de la entraña  de uno mismo. Te sientes cómplice en todo, crees  a veces que ese otro eres también tú. ¡Que días!  El "drama" cotidiano que traíamos a cuesta lo hacíamos una "tragicomedia", búscabamos alguna salida y acabábamos divertidas, creo que el sonido de nuestras risas al unísono está entre mis sonidos preferidos, puedo oírlas ahora mismo y sonreir, como hago.
En la "cosa" familiar, la Xiomy y yo nos parecíamos bastante. Procedíamos de familias campesinas, padres algo mayores, todo muy estable. Con muchos hermanos, teníamos bastante historias, pero felices. La Mabe y la Iris andaban más por lo trágico. A la primera se le separaron los padres por esos años, con historias de traiciones y naufragios, y de sus tres hermanos... !huyuyui y solavaya!  no pasaba una semana sin algún conflicto, y ella con aquella entereza sirviendo allí de espina dorsal y sin descuidar sus estudios. Lo de Iris era suave, su padre había muerto en un accidente siendo ella aún muy niña. Tenía un casi padrastro, semimarido de la Carmen. Era un zapatero artesano que les regaló una vida cómoda,  le hizo a ella siempre unos zapatos especiales para sus especiales dedos gordos, era un buen hombre salvo que amanecía cada día con su otra familia y eso nos entristecía. Luego el Pompy, la tía "escoria", las queridas primas, los amigos, los maridos, los enamorados. Iris es desde siempre un mundo de gente variopinta a los que nos enseñaba a querer aún sin verlos.
 Me contó Mabel que un día yo dije que con la separación y el tiempo se perdería nuestra amistad, yo no me acuerdo ahora  si lo que Mabel dice es verdad, pero me alegro que la vida demostró lo contrario. Ya pasaron veintidós años y aquí estamos, y seguimos siendo "nosotras".
La idea vino de Iris, ella fue la primera que habló de la "casa de la pradera". Era un lugar  idílico para nosotras, donde  estar juntas, reunirnos cuando ni el edificio de nuestra beca, ni nuestros hogares estuvieran ya. Sería un lugar lindo, un lugar para siempre. Cuando no había nada importante que hacer imaginarnos allí era uno de nuestros pasatiempos. Cuando en el último año di inicio a mi "amorío" árabe, se habló también de la "casa de las arenas". Nada, que aunque me largara lejos habría un lugar.
Acá estoy ahora, muy cerca de desiertos, con mis cuatro palestinos en Ammán, y hasta acá han llegado desde siempre sus amores, sus nostalgias. A esa "casita de arenas" donde seguimos siendo "nosotras".  Iris está casada con un cubano-americano y tiene una hija  y una casa en una ciudad cerca de Miami, según me ha contado y he visto, se parece a la que soñó para nosotros. Me dice que hay árboles con pajaritos...!y hasta ardillas!. Para llegar hasta allí salió a oscuras del puerto La Isabela, después estuvo en la Base Naval de Guantánamo y vivió mil historias que no sabemos con detalles. Con Xiomara pasó algo atípico, se la encontraron unos primos españoles que  fueron investigando por los Herreras. Pasaba mucho trabajo viajando a diario de Jarahueca a Santi Spíritus y la ayudaron a comprarse una casa que pudo hasta legalizar (cosa rara). El padre de su única hija se fue a EEUU, ya no tiene la familia feliz de que les hablé sino a su madre Esperanza en una silla de ruedas, a la que cuida con esmero. Ya ha comenzado a llenar los papeles, quiere ser española, quiere y necesita serlo, supongo que un día tendremos en la "madre patria" otra casa de la pradera.
La Mabe. Su problema, entre otros muchos, ha sido el no tener casa. Lo último ha sido lo de su tía con cáncer, que no tuvo hijos y por la que nadie quiere sacrificarse. Sabiendo que Mabel, con un salario de miseria y dos hijos pagaba un alquiler no le ofreció su casa. Ahora quiere hacerla su heredera, o lo que es lo mismo, quiere que la cuide. Pero dejé a Mabel pensando  más en la otra opción: su padre que desde hace años vive en EEUU ha ido de nuevo y han comenzado los trámites para la reunificación familiar. Allá la espera Iris, que ya le ha ofrecido su casa.
¿Qué dicen? Parece ser que "La Casa de las Praderas" que soñamos en Santa Clara no estará en Cuba, pero  estará. Tal vez lleguemos a ancianas y no volvamos a estar juntas, las distancias físicas nos alejan, pero la lealtad y el amor nos une.
No se desalienten compatriotas que "nostalgian" amigos regados por el mundo, existen lugares comunes, no sólo en el pasado. Hay que soñar con el futuro: tendremos "una casa en la pradera"

La Mabe                                          La Xiomi                                        La Iris(o Isis)

 
Nota:
Eran los años 80 en Cuba y apenas algunas hacian fotos en blanco y negro,...! pero que bellas! La chaqueta era propiedad de Iris, pero a todas nos gustaba sobre todo a mi, a veces ella se la ponía.







De una sola manera


"De una sola manera se pronuncia tu nombre

en tus pliegues antiguos nada malo se esconde

como todas las cosas que nos hacen mejores

te secuestran algunos con siniestras razones

En la noche más negra una luz al final

nos anuncia que afuera la costumbre es estar

de una sola manera se pronuncia tu nombre..."

En busca de salidas...

"...una vez me puse a pensar lo bonito que
sería que todos los cubanos nos fuésemos a la
orilla de la Isla y, con los remos en el agua, nos pusiéramos
a remar y  remar y nos lleváramos al país de paseo,
navegando por los mares y rompiendo el agua por la
proa de Maisí."
Onelio Jorge Cardoso
Tomado del cuento "Me gusta el mar"

!Qué bonito! Es una fantasía preciosa... ¿lo pueden visualizar? Yo sí... ¡Cuba entera paseando por el mundo, con tanta gente que nos quiere! Los primeros en salir a recibirla seríamos los que salimos antes, los que volamos en aviones, o los que salieron también remando en sus balsas, que estamos aquí y allá, en "todos los puertos", algunos inimaginables.
Pues ése de los cuentos de Cardoso fue uno de los libros que traje en este último viaje. Le echaba de menos a los cuentos de “El Cuentero mayor" y como me los sé casi de memoria abrí al azar y salió éste, justo cuando había leído un correo de una amiga que comenzó los trámites para la llamada "reunificación familiar" y estaba yo meditando muy triste sobre una realidad que me impactó por sobre casi todo lo demás: en todas las visitas que hice siempre salió en algún momento la historia del que está haciendo tal o cual papel para emigrar, buscando abuelos españoles (hasta los negros sueñan con un abuelo Federico) o parientes en cualquier nación.
Escuché sobre los descendientes de haitianos que ahora, orgullosamente, buscan las certificaciones de nacimiento de padres y abuelos para lograr la ciudadanía haitiana y al menos salir a Port au Prince a comprar ropa para revender en Cuba. Los que cuidaron de pequeño en Cuba a mi palestinito resultaron descendientes de judíos y se han ido a Israel. Los que no encuentran posibilidades de ese tipo pues a pedir misiones, adonde sea y después “ya veremos”... Los más desesperados siguen fabricando balsas de esas de las que tantas se ha tragado el mar.
Recordé ahora un chiste que desde hace mucho llevamos y traemos los cubanos, es el del chinito parado frente al malecón habanero que piensa en voz alta mientras mira al mar: "Si se secala", lo escucha algún agente del gobierno y le pregunta "¿que harías chinito si se secara el mar?" y él temeroso contesta: "chinito semblalía toíto de aloz". Yo creo que ahora el chinito y muchísimos cubanos saldrían disparados en todas direcciones, pero creo que si se sembrara, que si se le entregara hoy la isla a los cubanos para que la vivieran y trabajaran con más libertad, no querría nadie que se secara ese mar tan bonito y les gustaría, si su economía se lo permitiera, sólo salir de viaje, como cualquier otro ciudadano en el mundo, y luego volver a lo suyo.
Cuando los oía  y contrastaba lo feliz que me sentía  por el hecho de estar allí , con ellos, de lo diferente que te sabe hasta el aire porque es el que tuviste desde niña...Y sentirte con derecho a todo, aunque parezca que no tienes casi ninguno,  pero eres de allí, pueden estar  camuflageándotelos, pero  sientes que sí, que son tuyos. Y  lo que pasa cada día  te importa. No ocurre así cuando resides en país ajeno, puedes seguir sintiéndote muy digna como ser humano, pero pierdes el ser social, algo te falta para siempre, en esas otras tierras los problemas son de otros y te queda sólo sobrellevar tu vida y pensar en tu Isla y desearle cosas buenas. Quieres decir eso, y que afuera es difícil, pero te atragantas al pensar que tus hijos estan protegidos en un cómodo apartamento, que pueden escoger qué comer cada día. Les dices que piensen en otras soluciones, que el exilio es una salida difícil, que la cosa no es irse. Entonces te aparecen las "mil historias" que repiten palabras como:" lo intenté", "quise", "traté","probé",  y detrás los : "no pude", "no dejan", "no se puede", "no me alcanza", "no aguanto". Siempre perdía con mis argumentos, algunas veces ni los dije. Esta vez fue algo alarmante, me sorprendieron personas de las que nunca esperé oir hablar de emigración, gente que creí que nunca huirían.
Lo más triste es que a pesar de esa locura llamada Universalización de la universidad y que le permite a cualquier fronterizo licenciarse al doblar la esquina de su casa, porque hay sedes universitarias en municipios casi despoblados, no logran incentivar a jóvenes que ven en esos "títulos" impedimentos a la hora de salir del país, porque deben cumplir un servicio social o esperar una liberación de un ministro, o porque sencillamente, no ayuda un título en la lucha por la supervivencia de la Cuba de hoy. Un guardia de seguridad que pueda "resolver" es más admirado que un médico con su andar por pueblos y ciudades a ver si encuentra "algo" en algún mercado. La salida no es estudiar, ni es trabajar mucho, no pagan por rendimiento y casi nada es productivo: La salida es salir

La Melvis "pampea" por su respeto.



Yo digo lo de "pampea" porque ha estado en la pampa argentina, en la Patagonia, en unos pueblecitos maravillosos y con gente especial. Ahora ha vuelto a Buenos Aires y seguirá por esos lares hasta que termine el mes de octubre. Y digo tambien "por su respeto" porque este viaje es cortesía de personas que respetan y valoran su amistad.
La Meme, como se le dice en familia es indispensable para sus once hermanos. Todos la necesitamos y contamos con ella con una frecuencia tal que constantemente me pregunto cómo alcanza para todos, porque cada uno va convoyado con su respectiva familia... Papi se fue poniendo viejo y un día se fue, pero ahí estaba ella, desde antes, desde siempre, que le había heredado ese carácter enérgico y fuerte, que te hace escuchar y casi siempre obedecer, porque entiendes que vió antes y lo vió  todo más claro, con sus causas y consecuencias. Lo que personas normales no se atreven a decir ella lo hace y sin anestesia, como decimos,..." al duro" y primero choca pero luego, convence porque sabes que te quiere y te quiere bien.
A ella llegamos todos (es además, la única en la capital) cargando los problemitas o problemones y ella se toma sus pastillitas de trifuperazina y clorodiazepóxido y reparte a los que ve nerviosos, y como por magia todo empieza a resolverse, hasta el cáncer terminal, si no creen, pregúntenle a mi hermana mayor...
Muchos dirán que es lógico, que para eso es la familia...Pero igual es con los amigos, los de hace cuarenta años o más casi la edad que tiene, como Merita o Margarita y que siguen en primera línea, como a otros tan recientes como hoy mismo. Creo que cada día conoce a alguien, creo que cada día le dice a alguien lo que debe decir o hacer ante alguna situación. He visto que algunos le fallan, la hieren momentáneamente. Ella los asusta o espanta con alguna de sus exageradas sinceridades, pasa un tiempo y descubres que han vuelto...y ahí se la encuentran lista para requererlos y ayudarlos y volver a confiar en el tesoro de la amistad. Ahora, con los tiempos modernos, se agregaron los amigos virtuales, esos que va encontrando por su trabajo o no sé por dónde. El otro día hacía una carta para explicar a todos quienes éramos cada uno porque se la pasa haciendo correos colectivos para ahorrar tiempo.

Sí que se hace querer y respetar esta hermana mía. Por eso en este octubre, el día de su cumpleaños ha estado llorando de emoción allá lejísimo, con mucho frío y también calor de amigos. Unos que ya conocía y otros que recién conoció, hasta unos pingüinitos pequeñitos la saludaron.

Si en balanzas se pusiera todo lo que ella da y lo que recibe pienso que siempre bajará hasta abajo la primera, pero qué feliz estoy de que por estos días haya tenido ella su recompensa. Está maravillada y muy agradecida, pero sepan que si todos los que la queremos y le debemos pudiéramos organizarle un viaje esa señora podría conocer otras estrellas y galaxias. Gracias Belkis, Migue, Dany y los otros.

Yo.

Gente genéticamente solidaria.

Nací en Camaguey, en 1964. Supe enseguida que junto a otros millones de compatriotas, construía un "Estado Socialista" en cuyos principios básicos estaba la solidaridad y el internacionalismo. Relaciono con eso las consignas que decía y los muchísimos cubanos que desde aquellos años iban a los lugares más insospechados del mundo. Pero los cubanos desde siempre, han sido por regla espléndidos, generosos y sacrificados, creo que mi gente es genéticamente solidaria.
La connotación humana y personal de esa bella palabra la asocio a muchos hechos y personas.
Mi madre Melitina nunca tuvo nada de ella, repetía en el menú familiar el llamado por ella "sopón de arroz". Era mágico porque crecía con medio vaso de agua a la llegada de cada comensal. Recuerdo que a todo el que entraba por la puerta de mi casa antes de mediodía era invitado a desayunar, si venía pasado el medio día y hasta las seis de la tarde  le inventaba un almuerzo y si la llegada era a cualquier hora de la noche se le invitaba a comer, nos explicaba y enseñaba que "el que da, siempre tiene" y así era porque todo el que podía llegaba a casa con una jabita agradecida. El pan racionalizado para cuatro lo podía partir en partes innumerables, decía que todo se podía compartir. La vi hacer polvo caramelos para repartirlos como "buenos hermanos"!Y mi viejo! A papi lo cogió el "período especial" ya jubilado y con casi ochenta años, pero no se lamentó,  sencillamente se fue a trabajar al campo, se levantaba cada madrugada y volvía en la tarde cargado, repartiendo viandas desde la entrada de la calle "20 de mayo" a todo el que lo necesitaba, y a nuestro vecino, un alcóholico irremediable, que trabajaba poco y malgastaba su salario, pero que tenía mujer y dos hijos. A éste con reprimiendas pero también le llovía por la tapia algún que otro boniatico. En mi barrio nadie iba a morirse de hambre. Recuerdo días difíciles que a las diez de la noche empezaban a rumiarnos las tripas y sabíamos que hasta la mañana siguiente no tendríamos ni un pedazo de pan, pero salías a la acera y se te acercaba algún vecino. Este tenía una fruta, otro un limón, alguien había comprado azúcar de contrabando, aquel otro se brindaba para hacer un batido o una limonada y muchas veces a falta de limón resolvíamos con las hojas para una "tizana". Con hambre me acosté más veces a principios de salir de Cuba, abría el refrigerador y no poder compartir lo que mis ojos veían me atragantaba y ya no podía...
Tengo que contarles una anécdota que siempre al recordarla repito las emociones de ese día y tengo que reirme por lo graciosa e increíble, y casi llorar por lo emotiva. Había ido de visita por dos meses, hacíamos una fiesta de cumpleaños para mami que a la vez era mi despedida. Imaginen: la casa llena con el familión, teníamos preparada la comida, los postres, las bebidas y a esa hora nos damos cuenta que en casa sólo habían cuatro o cinco platos. Nos movilizamos por todas las tiendas y en ninguna vendían plato alguno, a última hora vemos que en un puesto de comidas rápidas en divisas recién inaugurado servían con platos desechables, entramos y hablo con la administradora, "imposible", no estaban a la venta y ella "no podía". Le explico de lo urgente y necesario y al momento se removió el "gen cubano" de que hablé, aquella gran mujer, muy bajita de estatura casi se cae de cabezas en el tanque de la basura y recogió todos los que encontró. Con la misma los fregó, por "si en casa no teníamos detergente"...  no supe su nombre, tan apurada estaba que sólo acerté a abrazarla entre lágrimas y risas. Su rostro se me ha ido desdibujando en estos más de diez años... Hoy digo que solidaridad es esa mujer, que no me conocía de nada y a la que no he vuelto a ver, de cabeza en la basura por ayudarnos. Pienso que pudo cogerlos del almacén, pero era "integralmente" buena, de esos van quedando menos, Si se extingue esa "raza" los últimos sobrevivientes serán cubanos.

Han echado basura en mi verde jardin.


Podemos "ser" muchas cosas y cada persona sentir, al serlo, algo diferente. Pero algo muy común es ser feliz cuando se "es" universitario. Aunque luego te realices como persona o profesionalmente, ese estado no vuelve.
En mi vida fue, además, una época mágica que tengo algo idealizada. Tenía muchísima madurez, que se combinó con sueños optimistas y voluntad para echarle con todas mis "ganas". Formé un buen equipo con personas excelentes y con todo esto, vivía a plenitud cada día.
Desde que me dieron mi diploma no había vuelto a mi querida universidad sino en añoranzas y sueños. Este verano he regresado a la Universidad Central de Las Villas, que también se ha llamado Martha Abreu o Abel Santamaría. Para el que no la conoce creo que es la más bonita de Cuba, está en las afueras de Santa Clara y es un lugar idílico, hay un micro clima que la hace bastante fresca todo el año, la arquitectura en juego con el terreno es elegante, moderna y sobria... Los árboles gigantes, las aulas de la facultad de letras sobre todo la de arte y la martiana. !Y qué digo de la biblioteca, ¡qué sitio aquel con toda aquella luz natural que entra por los ventanales de cristal que bajan desde el mismo techo!, rodeada de árboles que además de sombra se llenan de pajaritos que le ponen música a un silencio respetuoso e inteligente. Creo que era mi sitio preferido, aunque también está el jardín botánico. Allá nos íbamos sobre todo en épocas de exámenes. Es sencillamente un paraíso en la tierra. Que no demerite el comedor, sobre todo en las noches cuando cerraban la biblioteca y no habíamos terminado de prepararnos para exámenes o seminarios, se podía amanecer allí. También con persianas de cristal desde el techo, todo luz y aire...Puedo continuar y llegar a la beca, al edificio que llaman "900", por la cantidad de albergadas allí. Cuánto amor a nuestro cubículo, casi casa, que cuidábamos y adornábamos para ganar en la emulación. En la pared una frase "el respeto al derecho ajeno es la paz", de Benito Juárez, era además una regla de convivencia.
La permanencia casi intacta de esos recuerdos fue lo que me permitió no echarme a llorar al ver todas aquellas áreas verdes enmaniguadas. Mi facultad chorreando agua de filtraciones, la elegante oficina del decanato convertida en especie de ratonera con no sé si dos o tres ¿oficinitas? dentro, el gran mural desteñido, la biblioteca bien sucia, con cagadas de gorriones que parecen tener años allí, una sala cerrada y llena de muebles rotos, el comedor sin persianas (no sé cómo se protegen ahora allí de la lluvia y el viento), el "900" está semicubierto de moho negro y a la entrada hay un basurero (vi como la derramaban desde arriba). Eso sí, los framboyanes pequeñitos en los 80, son ahora unos árboles preciosos. Al edificio de extranjeros se le llama ahora "el hotelito" y en la planta baja de éste hay una tienda en divisas, un restaurante y una pizería...
Cogí donde siempre la Ruta 3, me bajé donde mismo y caminé como siempre, pero esa ya no es "mi universidad". Allí recibí un título que amo por sobre casi todo, no pagué directamente ni un centavo por mis estudios, aunque tuve profesores a los que, de tenerlo, les hubiera pagado en oro. Recuerdo cómo íbamos a trabajar al autoconsumo, fui cada año a las Brigadas Estudiantiles de Trabajo un mes de mis vacaciones, estuve en las llamadas "obras de choque" de la juventud, cuando se construía la Refinería de Cienfuegos y también en Moa, hacía cada mes mis guardias nocturnas. Después de graduada me fui a cumplir con mi servicio social en aquellos apartados (ahora muy amados) pueblos de Majibacoa en Las Tunas y de allí me mandaron de "misión" a una unidad militar en Baracoa, en el llamado "Plan Turquino de reanimación cultural", luego por fin a mi Camagüey en la Biblioteca Provincial y como siempre trabajando con mucha entrega, con mucho amor...
Ahora necesitaba un documento de la universidad para homologar el título en España y ese fue uno de los motivos de mi viaje a la Universidad. Ya había recibido una certificación de notas por medio del Cónsul (250 dólares), pero piden también el plan de estudios, contenido y horas de cada asignatura, y todo eso, según un jurídico me explicó, entre una cosa y otra, me puede costar más de 600 dólares. Estoy por concluir que mi título no me sale gratis como creí en su día. Prefiero, el día que lo tenga, dar ese dinero a mi sobrina Norelis a quien el ciclón del año pasado le tumbó la casa, para que consiga los materiales que necesita o seguir ayudando a uno u otro a resolver algún problema. Mientras, seguir tirando con mis contratitos por cursos.
Cuando empecé a escribir esto , por una de esas asociaciones que nos monta el subconsciente me vino parte de esa canción de Silvio que dice "han echado basura en mi verde jardín". Yo no voy a buscar "al culpable de tanto desastre" sólo quiero lamentarlo.

Homenaje para una ausencia.




Las siete turistas decidimos reunirnos con "el resto" de mis hermanos en Cabaiguán, donde la Leydis y el Pablichi. La casa de Pozas es ideal. Caben todos los que sean y se facilitan las viandas, las bebidas, la "fibra". Además los García-Vasconcelos son expertos en fetecunes y alegrías. Cuando digo "el resto" me refiero a los posibles, los cuatro que viven en Camaguey: el Lionel, el Tatín, Fide y Edel. Pero resulta que son cinco y el quinto, que vive ahora mismo en Costa Rica tiene prohibida la alegría del encuentro familiar.
El transporte para ésta ocasión lo puso "el que puede", mi sobrino político en "su" camioneta. Además de ellos vino también mi sobrino-casi hermano Santi, Ergis, Elisnay y el más pequeño de la familia, el Edelito que conocería ese día a su tía palestina.
!Que fiestón!!Que comelona! Hasta a una fiesta de quince que hacían unos vecinos en medio de la calle nos fuimos a dar esa noche.


A pesar de todo, y muy a menudo, se ven en los ojos tristeza. Sobre todo cuando posan los hermanos para la foto y llamamos también a Santy para que se incorpore. Pero en las bocas o en las mentes de todos está la presencia del ausente. Se sufre duro, y no es porque no está (no siempre podemos reunirnos todos) es que ese sufrimiento lleva rabia, incertidumbre: no se sabe si algún día va a estar y no se sabe por qué no está. Entonces la rabia llega también a la angustia.
Yo sé que no ha habido ni podrá haber jamás una causa o motivo para que le hayan prohibido entrar a Cuba. Y siempre, inevitablemente, pienso que fue una persona (detrás de cada papel y disposición hay siempre una persona) como yo, como él. Si en lugar de persona se dice un funcionario también se entiende, pero en Cuba le decimos a este tipo de funcionario "un hp" y puede que no sea justo, no se sabe qué madre tiene o tuvo. Puede que sea una mujer buena, y es más, puede que ese funcionario sea un hijo más que bueno y un hermano buenísimo, pero si fuera más que bueno, nunca va a ser mejor hijo ni mejor hermano que Jorge Juan Sarduy Castellanos. Porque sencillamente él es inmejorable, es un superhermano. Yo nunca voy a entender, nadie nunca va a entender, por qué "alguien" o "algunos" se atribuyan el derecho de decidir que alguien se reuna y vea a sus seres más queridos, sobre todo si esa persona no ha delinquido nunca, si no tiene ninguna causa pendiente, si no le debe nada a nadie en ningún lugar del mundo. Encima de eso se ahorran hasta la más mínima de las explicaciones, todavía nadie nos ha dado ni una absurda razón, es como para enloquecer...
Yo me decidí un día por vivir con mi "palestino" en el otro lado del mundo. Puse, a mi pesar, muchas millas de océanos entre mis hermanos y yo. A veces tardo años en ir(cosas de la economía), sobrellevo y soporto mis gorriones y esto pasa porque tengo la certeza de que si un día enfrento un problema, de cualquier tamaño que sea, me puedo ir corriendo a buscarlos, que no hay distancia ni nada que lo impida. Ese consuelo me hace la vida suave. Saber que a mi hermano se lo han negado "sin ton ni son" me pega fuerte, me llena de impotencia y no sé dónde gritarlo. Los doce crecimos tan unidos a pesar de no pertenecer a las mismas generaciones que no nos concebimos si no es así. En esa "piña", como nos enseñó la Meli.
No vamos a perder la esperanza, sobre todo los que están en Cuba, que alguien, muy pronto, descubra lo injusto que se ha sido y que mi hermano esté junto a la gente a la que pertenece, siempre que él pueda y lo decida. Y que no haya "agüita" innecesaria en los ojos de sus seres queridos...

Dios, dame la paciencia de mi Madre


No me llamo Melitina porque a mi padre nunca le gustó ese nombre sacado del Almanaque para aquellas mujeres que nacieran el 15 de septiembre…por esa razón Papi me endilgó otro nombre más contemporáneo y sencillo como Melvis, sin combinarlo con aquel con que bautizaron a Mami en 1925.
Isabel, la comadrona de mi madre había recogido sus primeros 8 hijos, no sé si la “partera” ya había muerto o estaba muy vieja cuando nací en 1960, pero tuve el privilegio primero de nacer en la ciudad de Camaguey, en un hospital materno con el máximo de seguridad, donde me “recogió” una enfermera llamada Moraima , asesorada por una médica muy atenta, según recordaba mi madre años más tarde, cuando me dijo también que había nacido un viernes, cerca de las 9 de la mañana.
Entre los atributos de mi Madre destacaba una memoria singular. Puede que no recordara algo que acababa de hacer o decir por importante que fuera, pero en eso de las fechas su memoria era inigualable. Durante los 365 días del año recordaba invariablemente el cumpleaños, el santo o la muerte de sus familiares, conocidos y amigos cercanos y lejanos….lo que Papi siempre tildó como “fainera”.
En el otro espacio de su mente donde no alojaba fechas reinaba el candor, la inocencia de la niña que nunca creció, la nobleza, la agudeza natural, la espontaneidad sin límites, la confianza en el prójimo, la tranquilidad, el sosiego…por eso constantemente cuando pierdo los estribos reclamo: "Dios, dame la paciencia de mi madre"...

Nos tocó ser turistas


Lo de "ser" turistas no es algo en lo que sean muy "duchos" los cubanos, al menos su gran mayoría. Salir de Cuba en mi niñez-adolescencia-juventud, era o bien a cumplir una misión internacionalista o como viaje de estímulo a uno de nuestros países "amigos". Luego de la perestroika y la caída del muro, empezaron algunos a visitar a la antigua "escoria", que pasó a ser la comunidad cubana en el exterior. También empezaron las "cartas de invitación". Estas las hacían "amigos o clientes" según los casos. Estos últimos debían hacerse responsables y pagar todos los gastos, y eso es así hasta hoy. Pero salir de vacaciones a cuenta y riesgo propio, y al extranjero, como se hace en el resto del planeta, hasta el día de hoy, no he conocido a nadie. Y para la modalidad vigente se necesitan tantos permisos, autorizaciones, cuños, sellos y firmas , que ya has vivido una "odisea" antes de pisar una agencia de viajes. Lo de salir de "misión" está ahora de moda, sigue teniendo el mismo nombre de hace 40 años, pero eso que antes era a lo "Guevara", pensando en los pobres y los oprimidos de la tierra, ahora es una especie de "tabla de salvación" para la familia. No quedan países más pobres que el nuestro, o al menos así lo creen los cubanos que se van a Haití para al menos recibir mensualmente los CUC correspondientes y poder traer algunos equipos al terminar la misión. Si es de la salud a lo mejor consigue hasta comprarle al Estado un bello apartamento. Los viajes de estímulos se reducen a las altas esferas y es sólo nacional, los llamados campismos o con suerte un hotel en playa...
Pues a mí se me antojaba en este viaje que yo y mis hermanas fuéramos turistas aunque fuera a ratos. Debía ser a mi llegada, antes de asustarme con los precios o que mermara mucho el delgado bolsillo. En la Habana fue fácil, teníamos el "hotelito" de la Melvis y era sólo cuestión de "andar la habana", y hacer fotos y vídeos como hacen los que vienen de "afuera". Decidimos irnos a Trinidad, porque casi ninguna conocía esa ciudad, que nos maravilló. Es un lugar intemporal, estás allí y sabes la fecha, pero miras y crees que respiras en el siglo XVI, XVII o XVIII. Además, lo tiene todo para ser perfecta: una paz que es única, tiene las montañas más verdes, playas, ríos...y lo máximo: allí está Adianet, esa sobrina nieta que es la bondad y la dulzura hecha carne y huesos, además que el destino inteligente la unió a otro ser especial, de nombre algo raro, Yansert, aunque por suerte le llaman por el apellido como a su padre, Fraga. Pues los Fragas junto a la Martha (madre y suegra de los susodichos) resultaron más que anfitriones, una especie de ángeles protectores, ellos se fueron a dormir a casa del vecino ( que cumple misión en Venezuela) y antes llenaron la casa de colchones donde dormíamos plácidamente. Al levantarnos ya estaban allí las galleticas caseras que vende un vecino, mantequilla, leche, queso... salíamos pero había que volver porque allí los habíamos dejado organizando el almuerzo o la comida. Ahora me digo que tal vez por eso no próspera el turismo nacional, te encuentras en Cuba gente tan generosa , tan buena y hospitalaria... es que si a mí me dicen que le han empezado a salir alas a los cubanos, va y me lo creo. ¡Porque eramos siete gordas! Una invasión... y Martha, contra mis pronósticos, nos despidió con la misma sonrisa con que nos recibió.
¡Que días más felices! Recuerdo a una artesana que se emocionó al vernos tan felices y se le saltaron lágrimas, nos dijo que de sana envidia. En la fiesta de la escalinata frente a la Casa de la Música, nos hicimos famosas, por divertidas y alegres. Sentía que éramos más hermanas que nunca por el simple hecho de estar cerca, muy cerca, y esas pequeñas distancias las rompían constantemente los abrazos. y como si eso fuera poco... TURISTAS

Sarduyces, me va a dar un "yalta"


El primero de los videos que grabé en Cuba es lo que yo llamo "una locurita". Va desde que veo a mi familia hasta el primer abrazo. Las "imágenes" se acompañan por una frase: "Sarduyses a mi me va a dar un yalta". Claro que ellos no entendían, a esa hora ya no sabía ni en cuál idioma hablar. Porque esa última palabra significa en español "infarto". Así resumía yo las casi dos horas desde el aterrizaje hasta el encuentro. En medio de mis angustias había yo pensado a menudo en lo nerviosas que debían estar mis seis hermanas convocadas en La Habana para recibirme. Y sí resultó que sufrían más que yo. Nunca se sabe para quién es mas terrible si para el que viene de afuera o el que espera dentro. Esta vez era muy lógico, estaba el antecedente del hermano y no tenían de otra que imaginarme como a él: devuelta y desterrada, sin explicación ni motivo alguno, que los había dejado y los tiene aún con los brazos y la boca abierta. A Chelonga la afectó más aquella vez, o se le complicó con su enfermedad de los intestinos. Por eso su abrazo y sus lágrimas fueron las últimas.

Pero no, mi corazón es más fuerte que esa larga cola frente a las ventanillas. En aquella hora pico, cuando llegaron tres super aviones y que por lo del "ahorro energético" estaban apagados los aires acondicinados, cientos de nosotros sudando la "gota gorda", tampoco pudo la angustia que sentí ante las señales que me hacía mi compañero de vuelo, un chico palestino, que no se defendía mucho con el inglés y nada de español. Había venido para visitar a un amigo, sólo una semana, eso me dijo. No lo dejaron entrar, me hacía señas para que lo ayudara a entenderse con los "agentes", pero no hubo modo: "está prohibido". Luego los cientos de maletas y yo que ya ni veía. Se ofreció a ayudarme uno de los trabajadores de allí, le di los cupones de mis maletas y luego no recordaba la cara del chico, no podía ni buscarlo a él ni a las maletas. Media hora pensando que igual había ya perdido todo cuando llegó. Lo peor vino entonces, ya me lo habían advertido: "La agencia francesa te permite llevar dos maletas de 23 kilos aproximadamente, luego en La habana te cobran 10 cuc por cada kilo por encima de los 30, son las nuevas leyes aduanales"( sólo cubanas e incomprensibles para el resto del mundo...) Y esto además, es para los cubanos que viajan o residen de alguna forma en el extranjero, los turistas no. Para ellos es libre, esos que vienen por unos días y se supone no tienen en el país a personas queridas y necesitadas. NO ENTIENDO, y no creo que sea una vía honesta de recaudar divisas. No sé si algunos cubanos se han hecho ricos y son grandes burgueses, pero estoy segura de que la mayoría somos profesionales, que trabajamos para el diario y que con esfuerzo logramos reunir para pasajes y regalos. Luego, venir con algo de dinero para no ser una carga económica y ya está. Pero no sólo fue no comprender la ley, lo peor fueron las cuentas...todavía hoy no me dan; dos maleta pesadas en casa y en el aeropuerto con 23 kilos, eso es 46, a esas me hicieron ponerle encima mi cartera de manos ( un libro, unas gafas, un cepillo de dientes, otra muda de ropa por si una emergencia y ya). Pues el aduanero dijo "66", y efectivamente ahí estaba ese número. Le digo: " es imposible, estarás pesando la carretillísima". Me dijo: "no, ya está descontado. Y de prisa, que hay personas esperando...". Quería discutir, pero deseaba más descansar de todo, del viaje largo, de tanto absurdo. Me cobraron 122 euros, pero creo que por evitar el infarto vale la pena. Y ningún comprobante, nada ni nadie para aclarar, para discutir...así fue mi entrada a mi país donde siempre me enseñaron a defender la justicia y la verdad...

Calentita nuestra niña. Primera crónica


Los doctores siempre te dicen que pongas el termómetro para saber la temperatura de un enfermo, pero si alguno de nuestros seres queridos tiene fiebre sólo necesitamos tocar su frente o el vientre... Siento que es lo que me ha pasado. Acabo de llegar de Cuba y no me hacen falta ya cuentos de nadie: la he visto con mis ojos, "los del corazón" que es como se ve bien. Y sí, "nuestra niña" está calientica.
Estar en casi toda la isla este julio del 2009 era para mí algo necesario y vital, lo sabía desde hacía tiempo y ahora tengo la certeza, ya conozco el "tamaño de la fiebre". Sé lo que hay de salud y de enfermedad.
Casi a diario conozco de mis fuentes más fidedignas: hermanos, sobrinos y amigos, lo que les acontece en el día a día (ese es un termómetro). Leer la prensa de "todos los bandos" es otra de mis obligaciones diarias. Son mis tácticas de arraigo en ésta forma algo loca que tengo de vida física en un país y vida espiritual en otro. Con eso digo que no me faltan conocimientos, pero, como dice la tesis marxista, el único criterio de verdad lo tiene la experiencia práctica. Por eso ahora puedo yo hablar, porque ya me entró Cuba por todos mis sentidos. Tal vez debí llevar un diario. Es bueno si se está viviendo con intensidad, pero no lo hice. Era muy difícil. Ningún día empezaba ni terminaba en horas parecidas y tenía ganas sólo de vivir el momento. Ahora se perderá inmediatez, pero contaré.
Quiero que me hagan preguntas, las que quieran. Y que los amigos y parientes pregunten por lugares y personas, porque fui, en todo tipo de transporte, a casi todos los lugares que pude. Y ví a tantos parientes, conocidos y amigos que ahora mismo puedo hablar más fácil de los que, a pesar de mi necesidad y empeño, no pude ver por "equis" o por "ye".
El poder de la síntesis es privilegio de grandes escritores. Yo quería en este primer escrito decir cosas estupendas, que resumieran. Luego encargarme de lo anecdótico y más superficial. No he podido.
Reconozco que vine reanimada, como siempre, alegre a la vez que triste y pesimista. Todo con causas.
Me estoy acordando de Silvio: "no quiero contar las manchas en el sol, pues sé que en una sóla cabe el mundo". Y a la vez yo tan martiana recuerdo que como él sigo prefiriendo ver la luz porque el sol " quema con la misma luz que calienta". Ser agradecidos. Todavía me creo una niña, una adolescente y hasta una joven privilegiada. Debería ocurrirnos a muchos de los que como yo estamos en la segunda mitad de los cuarenta. Pero que agradezca el que tenga qué agradecer y hasta dónde tenga que agradecer. Lo que fue y no es es como si no hubiera sido, así reza el viejo proverbio.
De la Cuba "socialista" que vivimos sólo quedan recuerdos junto al repetido discurso de las personas que quieren vivir de ese cuento, que se aprovechan de él y tratan de engañar. Pero engañados ya no vi, más bien desengañados, deprimidos, sin ideales, sin perspectivas. Hay una esencia en el cubano medio, es algo indefinible para mi, tal vez lo mágico: lo más trágico puede que empañe la alegría pero jamás se la lleva y es contagiosa. Si hay que reirse y llorar se hace...pero que no falte la risa, esa es la terapia que tenemos los cubanos.
Me enseñaron a decir la verdad, a defender lo puro y lo justo, siento que sigo siendo fiel a esos que fueron y serán siempre mis principios. El viaje de ida y vuelta a Jordania por encima de Francia fue impactante para mí,y no es el Sena, ni la Torre Eiffel, ni los perfumes que me eché en el aeropuerto. Es ver aquel país con millones de cuadritos verdes (sólo no cultivan las altas montañas alpinas) y haber atravezado Cuba antes y verla cubierta de Marabú. Que no haya petróleo, ni industrias, vale (la crisis, el bloqueo, el derrumbe socialista...). Pero que un aguacate (los más grandes que existen se dan allí, sin regadíos y sólo hay que recogerlos de los áboles) valga hasta veinte pesos y una papaya treinta (eso si la encuentras, de eso... ¿a quién culpar?. Hay una cita martiana que me sé hace tiempo y dice "El que manda a los hombres ha de cuidar de ellos y si no los sabe cuidar, no los puede mandar", (creo que es a su vez del Padre Las Casas...no estoy segura). Pero así voy a terminar "esto" que se puso largo, ya no nos están cuidando...entonces...¿?

octava 65. Vertientes. Camaguey, Cuba


He recibido un correo especial y una foto, la foto fue un reenvío, había llegado antes a mi hermano en Costa Rica, la hizo uno de mis sobrinos que aún trabaja por allá, mi hermano nos escribió esto:
"Esa casa podía haber sido bonita si hubiésemos tenido dinero. Había mucho amor pero jamás hubo dinero ni "mata que lo pariera", como diría mami. Pasamos las de Caín ahí, pero estaban Mami y Papi, y todos nosotros mucho más cerca de ellos dos.
Era además la casa de todos los guajiros de Aguilar, Buenaventura, Cuatro Compañeros y San Carlos. Guajiros en el mejor sentido de la palabra, no es haciéndome el más civilizado. Cualquier madrugada llegaba lo mismo Inés Castellanos con sus nietos para hacerle análisis, que Rosalba con alguna hija, que todos los parientes juntos a algún velorio, o Tío Juan y Tío Lolín a ver a Mami, o cualquier primo tercero o primo cuarto que mami siempre quería que nos acordáramos quién era y se molestaba si no sabíamos.
Ese lugar está en mi mente con una vigencia tal que no se va de mis sueños. Es tan recurrente como increible. ¿Todavía estará la mata de mango hilacha? ¿y la de anón?
Quizás algún día podamos comprarla de nuevo, ¿quién quita?"

Dijo nuestro gran Benedetti, que la infancia era para muchos como un paraiso perdido y para otros, un infierno de mierda. Ese es el misterio de Octava 65, fue nuestro paraiso de la infancia, y no eran las paredes ni los muebles que hubo dentro, mucho menos los efectos elctrodomésticos (sólo bombillas incandecentes), era la magia de amor de nuestra madre, que hacía a todos sentirse abrigados y atendidos, porque además de los guajiros estaban los amigos de todos sus hijos, los vecinos y los locos y abandonados del Vertientes. Todos cabiamos y podiamos dormir en aquella casa de sólo dos dormitorios, y comer en aquel banco largo que estaba detrás de la mesa. Quiero dar un HURRA a la mansión de octava 65, a nuestro castillito de amor.

Re-cordis

Leyendo la introducción de "El libro de los abrazos" de E. Galeano supe de la etimología de la palabra "recordar", proviene del latín re-cordis y significa , volver a pasar por el corazón... y ciertamente sucede, hay recuerdos que regresan tal cuál fueron en su momento y se repite incluso la palpitación que tuvo el corazón ¿les ha pasado?¿si?... Si yo pudiera contarles ahora mismo...pero no viene al caso.
A mi me pasa que en ocasiones recuerdo un nombre, un nombre completo con todos los apellidos, esos que aprendimos de tanto escuchar a los profesores cuando pasaban lista o al firmar el libro de entrada al trabajo antes o después de la "raya roja", y desde él (el nombre) veo una especie de "película", que incluye no sólo los momentos que compartí con esa persona, sino también con sus emociones, las de ella, las historias que me contó, la gente que quería. Uno de esos días en que buscaba desesperadamente recordar un nombre completo comprendí que con el tiempo olvidaría muchos y decidí hacer un documento de "memoria histórica", escribí por épocas los nombres que guardaba en la mente, ya muchos se habían borrado, a veces recuerdo rostros sin nombres...ahora pienso que no puede volver el que nunca pasó. Pero les cuento que mi lista es larga, tengo muchos nombres que me cuentan muchas historias, que me hablan de lugares y emociones. Espero poder aburrir.
Cuéntame algo de la película que rememoras cuando mi nombre pasa por tu recuerdo.

Mi segundo nacimiento

Cuando cumplí treinta años volví a nacer... fue tal el cambio que se produjo en mi vida que sentí que el día se volvía noche. Había nacido y vivido en Cuba y me vine a Jordania ... Pero mi pasado, todos mis fantásticos pasados siguieron viviendo conmigo, acompañándome, dándome fuerzas, apoyo... No dejo que en mi mente habite el olvido. Cómo he llegado a adaptarme, a conocer, a comprender y hasta a serme entrañable una realidad tan diferente a la mía, creo que tiene su razón y causa en que cada día revivo y a menudo reinvento mis recuerdos. Quiero compartir con los que me acompañaron antes, los que me acompañan ahora y quienes quieran seguir conmigo recuerdos, contrastes y emociones... La idea es que hagan comentarios y respondan a preguntas, que cuando algún recuerdo tenga forma de tela de araña, me ayuden a hacer un hilo fino. Quiero que si una emoción me desgarra un poco, me enseñen a verle el mejor lado